Por Dr. Erik Camayd-Freixas
Yo fui uno de los 16 intérpretes que prestaron servicio durante las dos semanas de las audiencias de Postville. Al contrario de los jueces, fiscales y abogados, yo estuve presente en cada paso del proceso. Es mi deber, como testigo experto e imparcial y como funcionario judicial, asegurarme que el tribunal no reciba información errónea, y señalar cualquier impedimento al debido proceso de ley.
Así lo he hecho en defensa del Tribunal Federal al cual estoy muy orgulloso de servir, y con pleno convencimiento de que si nuestros honorables jueces hubiesen sabido cómo iba a terminar este experimento judicial, jamás lo habrían permitido.
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